Calmar la piel sensible guía definitiva de otoño

La guía definitiva de otoño para calmar la piel sensible

¿Como podemos cuidar la piel sensible en otoño?

Respecto al cuidado de la piel sensible, puede que el otoño sea una época para volver a las actividades diarias con algo de nostalgia del verano.

Sin embargo, también es una época en la que la piel tiende a volverse un poco loca durante un par de semanas.

Porque incluso la piel que normalmente es grasa o propensa al acné puede volverse sensible de repente en otoño. Y esto es por un par de razones.

En primer lugar, la gran variación de la humedad del aire entre el verano y el otoño puede afectar a los niveles de hidratación de las células cutáneas y deshidratar la piel (líneas de expresión más exageradas, aspecto apagado o ligeramente arrugado).

En segundo lugar, el frío exterior combinado con un mayor uso de la calefacción en el interior puede alterar la barrera de hidratación natural de la piel (o capa lipídica o estrato córneo, como también se conoce).

Básicamente, se trata de la parte de la piel que realmente ayuda a mantener lo bueno, principalmente el agua, dentro y lo malo, como los agresores externos, fuera, por lo que cuando se ve comprometida puede provocar una mayor pérdida de hidratación, inflamación y aumento del enrojecimiento.

Y todo esto se suma a un par de semanas al año en las que la piel se estresa tratando de adaptarse a los cambios ambientales.

El resultado para muchas personas es un aumento de las rojeces, una tendencia a la aparición de protuberancias bajo la piel que parecen un poco granos pero que definitivamente no lo son (especialmente en las mejillas), y un aspecto general seco y ligeramente escamoso…

Así que si eres una persona con piel sensible y tu piel es actualmente un incómodo desastre, aquí tienes 15 formas sencillas de reducir la descamación y el enrojecimiento que invariablemente surgen cada año, y de recuperar la piel en días en lugar de meses.

Disfrútalo.

1. Cambia de limpiador

Aunque es necesario limpiar la piel sensible, definitivamente no es necesario despojarla de sus aceites naturales más de lo que el clima ya lo está haciendo.

Ahora es el momento de usar los limpiadores más suaves, que suelen ser muy efectivos, incluso para pieles más grasas o con acné.

2. Cambiar de hidratante

Las cremas hidratantes son las mejores aliadas para la piel sensible cuando se trata del cambio de estación, tanto para rellenar los niveles de agua en las células de la piel como para reforzar la barrera natural de la piel.

3. Sin perfume

Esto incluye tanto el cuidado de la piel sensible como el maquillaje, así como las fragancias artificiales (que suelen aparecer como parfum en la etiqueta de ingredientes) y las naturales, como los aceites esenciales.

Algunas pieles pueden tolerar un poco de fragancia, mientras que otras, más sensibles, suelen notar que empeora la irritación y el enrojecimiento.

Sin embargo, si la mayoría de tus productos contienen fragancias -y para evitar tener que comprar un nuevo ritual-, intenta eliminar las que no sean totalmente vitales cuando la piel esté más sensible y reintroducirlas más tarde.

4. Cambia de exfoliante

No sólo los exfoliantes físicos, exfoliantes arenosos, sino también los químicos, como el ácido glicólico.

Y no te preocupes si eres una adicta a la exfoliación, esto no es a largo plazo, sólo durante un par de semanas mientras la piel está más sensible adaptándose al cambio de clima.

Así que, en lugar de exfoliantes físicos, prueba a utilizar una toallita húmeda suave para retirar el limpiador todos los días.

Esto ayuda a eliminar las células muertas de la piel, pero es bastante suave para la piel sensible si se utiliza un paño lo suficientemente delicado.

Mientras tanto, es mejor evitar los exfoliantes químicos durante una o dos semanas, cuando la barrera de hidratación natural de la piel está un poco débil.

Pero si vas a utilizar productos químicos, al menos intenta utilizar los alfahidroxiácidos más suaves, o incluso cambia a los polihidroxiácidos, que son ligeramente menos sensibilizantes.

Igualmente, si aún no te atreves a renunciar a los exfoliantes químicos, puedes intentar prevenir la sensibilidad utilizando fórmulas que se eliminen con el agua, como los limpiadores, en lugar de fórmulas que actúen durante varias horas, como los sérums o las cremas hidratantes.

Lo mismo ocurre con otros activos, como los retinoles.

Si la piel es especialmente sensible, redúcelos a una o dos veces por semana o cambia a fórmulas que no permanezcan tanto tiempo sobre la piel. Piensa en utilizar tónicos en lugar de hidratantes o sérums.

Pero si la piel sensible está agrietada, con mucho picor, enrojecida o seca, prescinde por completo de los activos hasta que la barrera cutánea se haya reparado.

5. Duerme un poco

Nunca deja de sorprenderme la cantidad de problemas que ayuda a resolver una buena noche de sueño.

Y entre ellos, está su notable capacidad para aumentar la función de barrera de la piel hasta en un 30 por ciento.

Otra excusa más para pasar las noches más calentitas este otoño, haciendo descansar tu piel.

6. Vigila los ingredientes en las etiquetas de los productos

Dado que la piel sensible a veces reacciona con bastante facilidad a casi todo lo esté cerca de ella, este es el momento en el que estar más atenta a los irritantes más comunes que a veces se cuelan en los productos de cuidado de la piel.

Esto incluye los más obvios, como los alcoholes secantes (busque ingredientes como etanol, alcohol isopropílico, alcohol desnaturalizado), así como cualquier irritante común derivado de aceites esenciales, como geraniol, limoneno y limanool.

Aunque normalmente las personas con piel sensible suelen ser bastante cuidadosas, de vez en cuando podemos sorprendernos con productos que suponemos que son bastante suaves, y que pueden tener componentes agresivos, así que ahora es el momento de leer las listas de ingredientes como un halcón.

7. Evita el agua caliente

Tomar un baño largo es una de las cosas más relajantes que existen, pero si el agua está demasiado caliente puede despojar a la piel de los aceites presentes en su barrera protectora, provocando la pérdida de hidratación y otros daños.

El calor también puede exacerbar otros problemas, como la rotura de venas, el melasma (sí, por alguna razón casi todo puede empeorar el melasma, incluido el calor) y la rosácea.

Incluso las duchas muy calientes pueden tener el mismo efecto molesto, al igual que el agua con la que te lavas la cara.

Así que en lugar de ir a una sauna este próximo otoño, trata de mantener la temperaturas del agua ligeramente más fresca.

8. Hidratar la piel húmeda

Piensa que la piel es como una esponja: absorbe mejor cuando está húmeda.

Esto se aplica a productos como sérums, cremas hidratantes, aceites, mascarillas faciales y cremas para el contorno de ojos.

Sin embargo, ten cuidado de no aplicar algunos activos (como retinoles, AHA o fórmulas medicinales) sobre la piel húmeda, ya que pueden causar irritación.

9. Bálsamo labial

Calmantes e hidratantes, los bálsamos labiales no pueden ser más emolientes, sobre todo porque nuestros labios carecen de glándulas sebáceas que los mantengan hidratados.

Al mismo tiempo, nuestros labios se ven afectados por los mismos cambios ambientales que afectan al resto de nuestra piel durante el otoño, así que aumenta el uso de bálsamos labiales, especialmente si utilizas retinol cerca de la boca.

Algunos bálsamos pueden dejar la piel más seca de lo que estaba antes.

A menudo esto ocurre gracias a la falta de ingredientes oclusivos para sellar la humedad, así como la presencia de irritantes potenciales como los aceites esenciales.

Así mejor quedarnos con algunas de las fórmulas menos glamurosas, pero que contengan los ingredientes más probados para suavizar la piel y no irritantes como la lanolina y la glicerina.

10. Da toquecitos, no frotes

Después de lavarte la cara, y sobre todo cuando ya vas con retraso, es tentador secarse la piel a toda prisa con una toalla.

Pero cualquier roce puede causar irritación a la piel sensible al alterar la barrera cutánea, así que mejor tómate unos segundos para secarte con una toalla suave.

Esto también se aplica al secado del cuerpo después de la ducha.

11. Limítate a los ingredientes calmantes e hidratantes

Además de prescindir de los ingredientes que pueden irritar la piel como alcohol, fragancias, etc., también es bueno añadir otros realmente calmantes.

Entre los favoritos de muchas, incluso para las pieles con eccema y muy secas, están los que tienen propiedades antiinflamatorias, como la avena, y los que han demostrado aumentar rápidamente los niveles de hidratación de la piel, como el aloe vera, el ácido hialurónico, la glicerina y la centella asiática.

12. Cambia la calefacción

Si tienes aire acondicionado o calefacción central, puede ser tentador ponerlos al máximo cuando llega el frío, pero esto puede alterar y resecar la piel, sobre todo porque absorben mucha agua del aire.

En lugar de eso, baja la calefacción y usa ropa confortable y calentita, o al menos reintroduce algo de humedad en el aire con un humidificador.

13. Mantén el FPS

Aunque el sol no brille tanto como en los meses anteriores, los molestos rayos UV siguen ahí haciendo de las suyas y contribuyendo a dañar la piel.

El daño solar también puede contribuir a la sequedad de la piel, así que ahora no es el momento de dejar de lado la protección. Cualquier factor 30 o superior es beneficioso.

14. Apuesta por los minerales

Dado que la piel sensible puede reaccionar con bastante facilidad a varios ingredientes comunes del cuidado de la piel, incluyendo la oxibenzona y el octinoxato comunes en muchos SPF, considera optar por una fórmula mineral en su lugar, especialmente si tienes rosácea, melasma o cualquier otra sensibilidad crónica de la piel.

Sin embargo, los SPF minerales pueden ser difíciles de usar a diario, debido a su pigmento blanco opaco a menudo difícil de extender.

Mézclalo con unas gotas de algún bronceador anticontaminación, o utiliza con una fórmula con color.

15. Elige bien las mascarillas

Por último, a casi todo el mundo nos encantan las mascarillas. Relajantes, lujosas y, en ocasiones, sorprendentemente eficaces, las mascarillas también son divertidas.

Pero como están pensadas para que te sientas bien, también son un producto con el que pueden aparecer irritantes potenciales como la fragancia, así que quédate con los tipos más calmantes con ingredientes como la glicerina.

Del mismo modo, la forma de usarlas también cuenta, y las fórmulas como las mascarillas de arcilla nunca deben dejarse secar completamente sobre la piel, ya que pueden provocar sequedad y también ser una pesadilla para eliminarlas, aumentando la irritación de la piel.